Artículo de opinión de Antonio Presencio, presidente de Horeca Hoteles Zaragoza, en El Español de Aragón
En el siglo III a. C., el rey Ptolomeo I aprobó la construcción de un faro en la isla de Faro, frente a Alejandría. La ciudad era un puerto clave del Mediterráneo, pero los barcos encallaban por falta de luz. El proyecto fue celebrado, considerado urgente y anunciado con solemnidad. Pero no se ejecutó.
Ptolomeo murió sin ver el faro construido. Durante años, los navegantes siguieron llegando a ciegas. El comercio sufría, los accidentes se repetían y la ciudad languidecía sin guía. El “sí” real estaba dado, pero la falta de ejecución conllevaba inseguridad, pérdida de competitividad, dependencia del clima y falta de referencia para los navegantes.
No fue hasta doce años después cuando su hijo, Ptolomeo II, terminó esta gran obra, una de las siete maravillas del mundo antiguo. Con una altura de 100 metros y un presupuesto de 800 talentos de plata, este faro convirtió Alejandría en un puerto seguro, moderno y admirado. El faro no era solo piedra caliza y granito. El faro era estrategia, visión y acción.
Doce años tardó Alejandría. Nosotros llevamos muchos más escuchando el «sí» institucional en muchos de nuestros proyectos, como el Centro Superior de Innovación y Emprendimiento en Hostelería y Turismo. Tenemos el compromiso, pero nunca llega la ejecución.
Y nuestro barco, encalla. Precisamente, son casi doce los años que llevamos solicitando al Ayuntamiento de Zaragoza que inicie de forma «urgente» el desarrollo de una normativa municipal que regule las Viviendas de Uso Turístico (VUT). El «sí» está claro, pero no avanza. Tenemos la voluntad expresada, pero carecemos de la acción necesaria para dar respuesta a un desafío que no admite más demoras.
Ya vamos tarde. El crecimiento descontrolado de las VUT es un fenómeno que afecta a todas las grandes ciudades del país, y Zaragoza no es una excepción. La capital aragonesa cuenta hoy con más de 4.246 plazas en VUT, el 40 % más que el año anterior, según el IAEST.
Esta tendencia al alza es especialmente preocupante en zonas tensionadas como el Casco Histórico, el entorno del Tubo y el área centro, donde este modelo de alojamiento está desplazando a residentes y comercios tradicionales. Casi un 30% de propietarios tiene entre 2 y 11 pisos y solo el 32% de las VUT declara tener licencia.
La falta de instrumentos de control suficientes está generando una competencia desleal para los alojamientos reglados y una merma significativa de ingresos públicos. A nivel nacional, el 79% de las VUT no están dadas de alta en el censo de la Agencia Tributaria.
Muchas se ofertan en plataformas como Airbnb, Booking o Expedia sin garantías legales, sanitarias ni fiscales. En algunos casos, los ingresos se mueven fuera del sistema, lo que impide una trazabilidad real y agrava la economía sumergida.
Esta situación no solo afecta a la actividad hotelera tradicional, sino también al acceso a la vivienda, la calidad de vida de los residentes, la convivencia vecinal y la sostenibilidad del comercio local.
Frente a este escenario, ciudades como Madrid, Sevilla, Valencia, Barcelona, Málaga, Cádiz o San Sebastián ya han aprobado regulaciones municipales que ordenan y limitan el crecimiento de las VUT.
Sevilla modificó su PGOU en 2022 para restringirlas a plantas bajas y primeras, y con el Decreto 31/2024 podrá establecer moratorias municipales. Valencia reconoce el vínculo entre VUT y encarecimiento del alquiler, habilitando a los ayuntamientos a proteger zonas tensionadas con criterios urbanísticos y sociales.
Madrid exige licencia de uso terciario y ha iniciado expedientes sancionadores y clausuras de viviendas ilegales. Nosotros, por ahora, tenemos el «sí» institucional que no sale del papel. Nada más.
Zaragoza no puede quedarse atrás. Contamos con competencias municipales suficientes para actuar, como ya se ha demostrado en otras ciudades. No hacerlo agrava cada día un problema que ya está deteriorando el equilibrio urbano.
Desde Horeca Hoteles apoyamos el servicio de viviendas de uso turístico dentro del sector, pero exigimos normas claras, controles efectivos y equilibrio entre el uso residencial y turístico del parque de vivienda.
Proponemos medidas concretas como la aprobación urgente de una ordenanza municipal que incluya topes máximos de VUT por barrio en zonas saturadas, licencias obligatorias sujetas a inspección, moratorias temporales en áreas tensionadas, exclusión del uso turístico en edificios residenciales salvo acuerdo unánime de la comunidad, y un plan de reconversión de VUT a alquiler residencial allí donde sea posible.
También reclamamos el cruce mensual de datos entre plataformas digitales y registros oficiales, la aplicación del convenio de hostelería a los servicios profesionales vinculados a VUT, y la obligación de alta fiscal, trazabilidad de pagos y sanciones por economía sumergida.
Horeca Hoteles Zaragoza apuesta por una redefinición del modelo turístico urbano hacia un modelo más sostenible, integrador, respetuoso con los residentes y beneficioso para toda la cadena de valor local (comercio, cultura, transporte, hostelería…). Para ello, es imprescindible reforzar el control, la seguridad jurídica y las garantías tanto para el turista como para el residente. Porque el «sí» sin acción no construye futuro. Solo acumula frustración.
Si el rey Ptolomeo II no hubiera construido el Faro, Alejandría habría seguido siendo un puerto prometido, pero nunca seguro. Los barcos habrían encallado, el comercio se habría desviado, y la ciudad habría perdido su lugar en la historia. Prometer sin ejecutar no ilumina. No basta con decir que se hará: hay que hacerlo. Porque cuando se ejecuta lo necesario, el impacto no es solo técnico. Es estratégico, estructural y sostenible.