La procesión del Rosario de Cristal, la cual se celebra cada tarde-noche del 13 de octubre, es sin duda alguna uno de los actos más solemnes y relevantes de las Fiestas del Pilar.
Se trata de un acto religioso con gran dimensión histórica, artística, social y cultural, cuyo origen se remonta al siglo XIX.
Origen del Rosario de Cristal
La Procesión del Rosario de Cristal se remonta al 1889, año en el que la procesión en un primen momento se celebró el mismo día del Pilar, 12 de Octubre; pero ya al año siguiente, en el 1890, pasó a celebrarse el día 13 por la tarde.
La Cofradía de Nuestra Señora del Rosario la cual se fundó en 1889, fue quien organizó la procesión. La finalidad de esta procesión era rezar el Rosario, rezo de la iglesia católica donde se recuerdan los 20 misterios principales de la vida de Jesucristo y de la Virgen.
Los misterios reciben los nombres de “gozosos” “luminosos” “dolorosos” y “gloriosos”.
Al año siguiente, en 1890, a esta procesión se le añadieron faroles que serían llevados por los fieles y utilizados para simbolizar cada una de las diferentes partes del rezo del Rosario: los Misterios, los Padrenuestros, las Avemarías, Los Glorias y la Letanía.
Las espectaculares carrozas de cristal emplomado alternadas entre los faroles, aportan una asombrosa grandiosidad a la procesión.
Acto religioso
El Rosario de Cristal en contraposición a la Ofrenda de Flores, es quizá uno de los eventos más desconocidos de las Fiestas del Pilar pero al mismo tiempo uno de los actos religiosos, más bonitos y espectaculares.
Este acto religioso se halla cargado de un gran valor tanto artístico como social. Artístico por el gran valor y calidad de los faroles que salen en la procesión y social puesto que participan una gran cantidad de zaragozanos/as, aragoneses/as y resto de comunidades.
La procesión la conforman 15 faroles con forma de monumento los cuales son transportados en carrozas y casi 250 faroles de mano, que representan las diferentes partes del rezo del Rosario.
Como dato curioso decir que en la Procesión del Rosario de Cristal llegan a participar alrededor de las 100.000 personas, todas ella ataviadas con los trajes regionales y más medio millar de ciudadanos que asisten como público, llegando a ser uno de los actos casi tan multitudinario como la Ofrenda de Flores.
Los Faroles
El origen de los faroles se remonta al siglo XIX los cuales simbolizan cada una de las partes de la oración del rosario que los devotos iban rezando: los Misterios, los Padrenuestros, las Avemarías, los Glorias y la Letanía.
El encargo le fue realizado al arquitecto del Ayuntamiento Ricardo Magdalena, que ideó el proyecto en 2 etapas:
- Primera etapa, en la que se construirían los faroles correspondientes a los Padrenuestros, Avemarías, Glorias y Letanía.
- Segunda etapa, a los 15 misterios, más grandes y monumentales que los anteriores, construidos para ser transportados sobre carrozas.
En 1890 se finalizó la segunda fase de los trabajos y en la procesión, la cual se trasladó a la tarde del día 13, pudo contemplarse la obra ya finalizada.
Fue a partir de este día, donde por primera vez se lucieron la multitud de vidrieras iluminadas y cuando popularmente pasó a denominarse «Rosario de Cristal».
A partir de ese momento y gracias a las donaciones se llegan a realizar diferentes cambios y mejoras: reparaciones de las piezas originales y se completa la comitiva con nuevas piezas entre las que se incluyen faroles y carrozas.
La tecnología también va haciéndose su hueco en la tradición: en 1957 se añade la megafonía al recorrido y en 1969 se sustituyen las velas de los faroles por iluminación eléctrica alimentada por pilas.
Desde su origen hasta hoy en día, la Procesión del Rosario de Cristal se ha celebrado todos los años a excepción de los años de la Primera República española, que no salió por miedo a que las piezas pudieran romperse.
Composición de la Procesión del Rosario de Cristal
La procesión encarna las cuentas de un rosario, las cuales están representadas por faroles de cristal.
En la procesión hallamos 15 monumentales faroles acarreados con carrozas diferentes para cada uno de los Misterios.
También cuenta una serie de faroles de mano: 20 para los Padrenuestros, 200 para los Avemarías, 20 para los Glorias, 4 para las salutaciones y 63 para la Letanía.
Todos, excepción de los correspondientes a los misterios luminosos, fueron diseñados por el arquitecto Ricardo Magdalena.
FAROLES MONUMENTALES
La estructura de los faroles monumentales es de hierro, engalanados con piezas de hojalata y latón, además de las vidrieras con imágenes que representan los misterios procedentes de la casa Degrand de Burdeos. El color varía en función del tipo de misterio que se esté contemplando:
- En los misterios Gozosos, referentes al nacimiento e infancia de Jesús, los colores predominantes son el rojo y el verde.
- En los Dolorosos, correspondientes a escenas de la Pasión, el color predominante es el violeta y el verde.
- En los Gloriosos, propios de la Resurrección y Ascensión, los dominantes son el blanco y el azul.
Además, cada uno de ellos lleva escrito el misterio que representa.
FAROLES DE MANO
Los faroles de mano, construidos en los talleres Quintana de Zaragoza en 1890, son mucho más sencillos y de tamaño reducido. Tienen formas geométricas y están terminados por una corona metálica.
Cada uno de ellos lleva escrito en el centro el nombre de la oración que interpreta.
La procesión queda completada con otros faroles y esculturas, que aunque no forman parte de lo que sería la oración, son de igual forma importantes en el Rosario de Cristal, como es el caso del farol de «La gran Cruz del Rosario» donado en 1891 por León Quintana, dueño del taller donde se realizaron los faroles que componen el rosario, que da comienzo a la procesión.
Al igual que en los casos anteriores, el diseño es también de Ricardo Magdalena.
La carroza con el farol del Templo del Pilar, obra de gran tamaño compuesta por miles de piezas de cristal que reproducen la Basílica tanto en su exterior como en su interior, que puede verse a través de los cristales de la fachada, es también una pieza especial.
Construida por el abogado Policarpo Valero y Bernabé, fue vista por primera vez en el Rosario general de 1872, antes de que existiese el Rosario de Cristal. Debido a su fragilidad ha tenido que ser restaurada en 2 ocasiones: en 1895 y en 1993.
Otra pieza importante es el farol de La Hispanidad, que recuerda la condición de la Virgen del Pilar como patrona de Hispanoamérica.
Fue donada por el Ayuntamiento y en 1946 salió por primera vez en la procesión.
Otros faroles muy representativos son “El Alcázar de Toledo”, “La Salve”, “La Marina”, “La Sagrada Familia”, “Ángelus”, “Santuarios Marianos” o “Venida de Nuestra Señora”.
Actualmente existe un Museo de los Faroles y Rosario de Cristal, en el interior de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en la Plaza de San Pedro Nolasco de Zaragoza, donde se pueden contemplar a lo largo de todo el año estas piezas de artesanía que componen el Rosario de Cristal.
