- Los casos en reuniones familiares y/o amigos tienen una incidencia 6 veces mayor que los bares y restaurantes
Un informe elaborado por la consultora FOQUS para COMPETUR analiza los datos oficiales publicados por el Ministerio de Sanidad entre el 11 de mayo y el 16 de octubre y concluye que los bares y restaurante son seguros, pues suponen tan solo el 2,3% del total de casos acumulados. Si sumamos los casos de trabajadores en los establecimientos, la cifra sube a un 3,5%, una incidencia de 1,1 casos por cada 100 establecimientos.
En los últimos casos reportados, la incidencia de bares y restaurantes es mínima, siendo sólo el 0,67%. Esto demuestra que la hostelería supone una alternativa controlada y segura a otro tipo de reuniones sociales, que según los datos, son claramente más peligrosas: los casos en reuniones familiares y/o amigos tienen una incidencia 6 veces mayor que los bares. Y no solo eso, alrededor de la mitad de los nuevos casos son atribuidos a este tipo de reuniones en espacios privados, donde no existe reglamentación y control.
En definitiva, cerrar los bares y restaurantes forzará a muchas personas a reunirse sin condiciones de seguridad ni supervisión en espacios más pequeños, sin control de aforos, de distancia de seguridad, ni uso de mascarillas o desinfección y sin límite de horarios, suponiendo un mayor riesgo para el empeoramiento de la pandemia: aplicando medidas indiscriminadas se produce un daño innecesario en actividades económicas sin que tenga efecto en la contención de la transmisión del virus.
El sector hostelero dispone de un sistema de higiene y control específico. Si a esto se unieran sistemas favorecedores de rastreos, podría ayudar a acotar y rastrear eficazmente los rebrotes. Desde el sector hostelero se echa de menos que no se contemplen medidas tecnológicas de rastreo y seguimiento que hagan más eficaces las medidas de contención del virus sin afectar a la actividad social y económica
En cuanto al cierre de espacios interiores, debería tener en cuenta las circunstancias de cada establecimiento porque hay restaurantes que podrían garantizar amplios espacios de separación entre mesas (muy superiores a los 1,5 metros), con lo que podrían seguir funcionando si asumir mayores riesgos de contagio de los clientes.
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